La tragedia del crucero en Italia. Su presencia en la sala de comando durante el choque es investigada por la Justicia.

Una ex bailarina, rubia y bella, habría “distraído” al capitán – Hoy habrá mar agitado con olas y el mal tiempo durará al menos hasta el domingo, lo que obligará a suspender nuevamente las tareas de rescate. La verdad, que parecía hundirse junto con la nave, puede reflotar mientras comienzan a ser explicados los misterios de la presencia de una bella rubia moldava de 25 años junto al comandante Francesco Schettino. Primero en una cena, donde varios pasajeros los vieron juntos, y después en la sala de comando del crucero Costa Concordia, en el momento del choque contra un arrecife frente a la isla de Giglio, el viernes a las 21.42.

Domnica Cemortan, ex bailarina en las fiestas de animación de los cruceros de Costa, no estaba registrada en la lista de pasajeros del crucero hundido. Al declarar, reconoció que estaba con el capitán en el momento del choque, y lo defendió: «Salvó muchas vidas», dijo.

Habían cenado juntos para festejar su cumpleaños en uno de los salones del cuarto puente. El comandante la llevó después a la sala de comando, donde había varios oficiales. El lugar tiene grandes ventanales, espectaculares. La joven moldava estaba impresionada y Schettino no se perdió la oportunidad de mostrarse un súper capitán. «Ahora nos vamos a acercar a la isla para hacer un saludo especial a un comandante retirado de los cruceros, Mario Palombo», lo escucharon decir. El barco encalló y comenzó a hundirse.

«Erré la maniobra, giré tarde», reconoció después a los jueces. Cuando se dió cuenta que se iba sobre los escollos, quiso salir doblando bruscamente el timón, pero la popa chocó contra la piedra submarina, que abrió una grieta fatal de 70 metros de largo en la quilla. Así comenzó el naufragio, a las 21,42 de una noche serena, que fue una pesadilla para 4234 pasajeros. Hay 11 muertos y 21 desaparecidos.

Los magistrados y los investigadores creen que la rubia y joven presencia de la bailarina moldava explican en parte las distracciones y negligencias del comandante Schettino.

Los fiscales de Grosetto, que quieren ver entre rejas a Schettino (ahora en arresto domiciliario), escucharon ayer otro testimonio muy importante: el de Roberto Ferrarini, responsable de la unidad operativa de la Flota Costa. Después del choque, Schettino y él hablaron tres veces por teléfono en una hora. A los responsables de la Capitanería de Puerto que lo llamaron para preguntarle qué pasaba porque había llamados telefónicos inquietantes, Schettino respondió que se estaba simplemente verificando un apagón. Recién a las 22.57 el comandante admitió que la situación era grave. Se había perdido una hora preciosa. A medianoche Schettino y sus principales oficiales abandonaron el buque, mientras centenares de personas seguían atrapadas. Fue entonces cuando el comandante de la Capitanería, Mario De Falco, llamó a los gritos al capitán en fuga y le reclamó: «¡Vuelva a bordo, carajo!», una frase que se ha hecho legendaria en Italia.

El tiempo en la isla está empeorando rápidamente. Hoy habrá mar agitado con olas y el mal tiempo durará al menos hasta el domingo, lo que obligará a suspender nuevamente las tareas de rescate.

La compañía Costa, que al principio defendió al comandante Schettino, ayer se consideró «parte afectada». Se niega ahora a defenderlo y se prepara a despedirlo. Pero los magistrados quieren ver más claro cuál ha sido el rol de la compañía genovesa en la hora posterior al choque contra los escollos del Concordia.

Si el salvataje de las 4.234 personas a bordo se hubiera hecho con rapidez, posiblemente no habría muertos que lamentar.