Cristina ya controla la gestión desde Olivos, pese a la licencia –
Fue visitada por el cirujano que la operó y constató que evoluciona normalmente, pese a lo cual la Presidenta no acortaría su licencia.
A cinco días de la operación en la que le extrajeron la tiroides, la presidenta Cristina Kirchner continuaba ayer su recuperación en la residencia de Olivos y, a pesar de estar de licencia, no deja de leer los diarios y de controlar a la distancia los principales temas de gestión. Aunque no se brindó información oficial de su actividad, se supo que habló por teléfono con el vicepresidente Amado Boudou y con algunos ministros. Ayer estuvo en Olivos el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, uno de sus principales colaboradores, y la Presidenta habría dado directivas personalmente al ministro de Agricultura, Norberto Yahuar, ante la crítica situación que se presenta en diversas regiones del país a causa de la sequía.
Ayer la visitó también el cirujano que la operó, el doctor Pedro Saco. Le revisó el cuello, evaluó la evolución de la cicatriz y el estado clínico general . Encontró que la recuperación sigue siendo satisfactoria. La vida de la Presidenta ya es prácticamente normal, y de ahí que lentamente se va involucrando más en los asuntos del Gobierno.
Sin embargo, la Presidenta no adelantaría su licencia que tomó por veinte días y que continúa hasta el 24 de enero inclusive. Una alta fuente oficial le aseguró a Clarín que en Olivos del tema no se habló, al menos hasta ayer. «Está todo programado para un postoperatorio de una cirugía de tiroides, se trate de la Presidenta o de Juan de los Palotes», graficó.
Desde que se conoció el resultado del estudio patológico que determinó que Cristina Kirchner no tenía cáncer, y también por las informaciones de su buena evolución y estado de ánimo, en el Gobierno hubo un espontáneo «operativo clamor» por su regreso anticipado.
«Por cómo es ella, que todos sabemos, mañana aparece y se termina el interinato (de Boudou)», decían ayer cerca de un importante ministro.
Pero las fuentes con acceso al tema puntual de la salud presidencial dijeron que «no hay nada nuevo que haga adelantar el regreso» porque el plazo de recuperación está en función de la cirugía, al margen de la sorprendente noticia posterior del «falso positivo» del estudio inicial y que se descartara que hubiera células cancerígenas.
Tampoco el hecho de que no deba suministrarse yodo radioactivo influiría en la licencia presidencial porque en caso de haber tenido que aplicarlo, habría sido entre 25 y 30 días después de la cirugía, con la Presidenta ya reincorporada a sus funciones.
Por este mismo escenario es que sigue siendo desaconsejado que Cristina viaje a El Calafate durante parte de su convalecencia, dijeron las fuentes consultadas. Los médicos consideran que deben hacerle controles en este período que son más sencillos de articular si permanece en Olivos. No había hasta ayer planes de viaje al Sur de la Presidenta, aseguraron.
La sequía en parte del país, la situación política en Río Negro tras la muerte del gobernador Carlos Soria (ayer su reemplazante, Alberto Weretilneck, fue recibido por Boudou), y la polémica mediática por los diagnósticos sobre su salud fueron algunos de los temas que monitoreó la Presidenta. Además, recibió saludos del exterior, como el de la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton.
Como ocurrió desde el miércoles 4 en que fue operada, Cristina sigue estando acompañada en Olivos por sus hijos Máximo y Florencia, su nuera Rocío García y otros familiares cercanos como su madre, Ofelia Wilhem. En los primeros momentos posteriores a la operación el control del Gobierno lo tuvo a través de Máximo, quien se encargó de hablar y de recibir llamados de ministros y principales funcionarios.
Afuera de la residencia de Olivos, el paisaje fue recuperando la calma de enero. Hubo ayer poco movimiento y fueron levantadas también las últimas banderas de los militantes que expresaban su respaldo a la Presidenta en la entrada de la calle Villate.