«Carla me tiraba los brazos y él la seguía apuñalando» – Dijo que alzó a su nieto y se fue a la cocina porque pensó que su hijo los iba a matar a los dos. El relato es sumamente desgarrador. Lo que cuenta no parece real, pero lo fue… Carla Figueroa está muerta. Su suegra, Rosana Liz de Tomaselli, la madre del hombre que asesinó a Carla luego de que ella le perdonara una violación, hoy contó lo que sucedió esa fatídica madrugada del 10 de diciembre de la que fue testigo: «Pobrecita, no la pude salvar, yo pensé que mi hijo me iba a matar a mí y a mi nieto también».
En declaraciones a radio Mitre, la madre de Marcelo Tomaselli (26) contó que la madrugada del sábado su hijo le golpeó la puerta y le pidió que mirara al niño porque iban a salir un rato con Carla, pero a los 20 minutos volvieron, tomaron mate y ella escuchó que cerraron la pieza con llave.
«Me quedé dormida. Me despierta el llanto desgarrador del nene, pensé que se había caído de la cama. Yo empiezo a golpear la puerta y no me abrían, sentía como una saña, que estaba haciendo algo, pero no sabía qué, a ella no la escuché», recordó la mujer llorando.
«Yo pateé la puerta, me desgarré las dos caderas de tanto patear… Me abre la puerta, sin prender la luz veo a Carla paradita, que me tiraba los brazos y él la seguía apuñalando. El me abre los brazos llenos de sangre, la volvió a acomodar en el piso y le seguía dando», afirmó la madre de Tomaselli totalmente quebrada.
Dijo que alzó a su nieto y se fue a la cocina porque pensó que su hijo los iba a matar a los dos, y que mientras ella llamaba a la Policía, él salió de la habitación y le gritó: «Ya está, ya la maté».
«A mi me están acusando de la muerte de Carla, y yo no tengo nada que ver, yo siempre la ayudé en todo, nunca la amenacé, siempre la acompañé, fue ella que quiso sacarlo de la cárcel», afirmó la madre de Tomaselli.
La mujer evitó criticar a los jueces que liberaron a su hijo y enfatizó que su abogado, Armando Aguero, hizo todo lo que Carla le pedía. «Mi abogado le decía: ‘¿Carla estás segura?’ ‘Si, quiero el avenimiento, quiero casarme’, le decía ella. Nadie la obligó», remarcó la mujer.
Por último, afirmó que nunca pensó que su hijo iba a matar a su esposa porque «estaba feliz» de que ella le hubiera dado un hogar para vivir y como antecedente, además de la violación, dijo que él se había querido suicidar a los 17 años con pastillas.
