En el Parlamento, respondió 150 preguntas sobre la contratación del ex editor del diario que hizo escuchas telefónicas.

El premier Cameron se disculpó, pero dijo que no renunciará – También negó que haya hablado con Rupert Murdoch o Rebekah Brooks sobre la venta de una cadena de TV satelital. Cuando Rupert Murdoch despegaba en su avión hacia Estados Unidos – después de su interpelación parlamentaria–, el premier británico, David Cameron logró alvarse ayer de su renuncia tras una semi- disculpa por la contratación del ex editor del diario News of the World , Andy Coulson, como su vocero y responder a más de 150 preguntas de los legisladores por el escándalo de las escuchas de News International. Un arduo debate parlamentario sobre los hackeos telefónicos del tabloide de los Murdoch, las alertas desoídas para no designar a Coulson, las regulaciones a la prensa y las dudas sobre si tuvo o no conversaciones con los Murdoch o Rebekah Brooks sobre su oferta para comprar BSkyB, la televisión satelital británica.

Cameron dijo que «lo sentía extremadamente» ante el furor frente a la designación de Coulson, que fue detenido y se encuentra liberado bajo caución. Prometió una «disculpa completa» si la justicia lo encontraba culpable de algún delito.

«Por supuesto que lo lamento y estoy extremadamente apenado por el malestar que esto ha causado. Mirando en retrospectiva, no le hubiera ofrecido trabajo. Pero uno no toma la decisión en retrospectiva, uno las hace en presente. Uno vive y uno aprende y yo he aprendido,» dijo.

El primer ministro aseguró que, si Coulson le había mentido a él con respecto a los hackeos telefónicos durante su período en News of the World , iba a enfrentar «severos» cargos criminales y sería el momento para «una profunda disculpa».

El premier se vio forzado a cancelar su tour en Africa y regresar apresuradamente a Londres para hacer «una declaración de emergencia» en el Parlamento para así salvar a su administración. Legisladores opositores le pedían la renuncia. La Cámara de los Comunes había extendido 24 horas sus sesiones, antes de su receso de verano, a causa de la crisis.

Minutos antes del debate, altas fuentes de la realeza británica hicieron saber a Sky News que el Palacio le había expresado a Cameron su asombro por la designación de Andy Coulson, cuando el tabloide que dirigía había hackeado 600 comunicaciones telefónicas de los nobles, incluidos los príncipes Harry y William. La cadena BBC sugirió que había sido la propia Reina quien se lo había dicho a Cameron. Pero un comunicado de Buckingham Palace rechazó cualquier intercambio de esa naturaleza.

Durante tres horas y en un récord parlamentario, Cameron argumentó, debatió, se defendió y atacó hasta su agotamiento.

Toda su capacidad de oratoria salió a relucir mientras los laboristas atacaban con quirúrgicas preguntas en un clima de euforia y gritos, que el «speaker» de la Cámara de los Comunes trataba de controlar como un brutal preceptor.

Hasta ese momento, su ídolo era Tony Blair y hasta trataba de imitarlo. Pero no era un día para política «light». En medio de acusaciones de cohabitación con los tabloides de Murdoch, Cameron intentaba parecer un estadista. Después de años de ignorarla, el líder del partido conservador británico tuvo su «Margaret Thatcher moment» . En pleno debate y bajo la presión argumentativa del laborista Ed Miliband, que le exigía que pidiera disculpas por Andy Coulson, Cameron apeló a la misma frase que la Dama de Hierro utilizó en el feroz debate que precedió a su caída en el gobierno: «Yo estoy disfrutando».

El líder laborista Ed Miliband lo acusaba de «ignorar repetidamente» alertas sobre el peligro de mantener a Andy Coulson en el corazón del gobierno. Una de esas alertas había sido publicada por The New York Times , donde el hoy fallecido periodista Sean Hoare denunció que los hackeos eran extendidos cuando Coulson era editor de News of the World .

Pero por qué contrató a Coulson preguntaban una y otra vez los parlamentarios. Cameron volvía entonces a ampararse en sus viejas respuestas. Nunca admitió la verdad.

Un ex editor de News of the World como Coulson en el 10 Downing St. aliviaba sus modales de Colegio de Eton, le daba consejos para parecer normal y no un «toff» (aristocrático) de Oxfordshire, sin el menor contacto con lo popular.

Nuevos cuestionamientos surgieron entre los diputados de la oposición, después de que algunos asesores de Cameron reconocieran que era probable que el primer ministro hubiera discutido con Murdoch o con su mano derecha, Rebekah Brooks, la CEO de News International, la oferta del magnate por la cadena de televisión satelital BSkyB . Cameron, una vez más, volvió a negarlo.

Fuente: Clarín.com