Tres jóvenes de la ciudad de El Trébol trabajan una temporada en un centro de esquí de los EEUU.

Haciéndose la América – Es un programa para mejorar el idioma inglés. Por Francisco Díaz de Azevedo

Tres jóvenes de El Trébol se encuentran en los Estados Unidos de América desarrollando tareas y trabajos temporales para mejorar su inglés.

El viaje lo lograron realizar a través del programa muy conocido en toda Sudamérica llamado Work&Travel. El mismo consiste en trabajar en el extranjero durante las vacaciones de verano. La cláusula principal es ser alumno regular y cumplir cierta cantidad de horas en la universidad. Los jóvenes hicieron todos los trámites a través de una empresa nacional llamada TIJE, que tiene sucursal en la ciudad de Rosario.

Los estudiantes que viajaron a esta experiencia son Santiago Bertaina, Ignacio Miles, y Teresita Lépore. «La idea surgió porque los chicos, que estudian juntos ingeniería industrial, tienen algunos compañeros que ya lo han hecho previamente y pensaron que era una buena posibilidad, entonces averiguaron y después me preguntaron si quería sumarme y acepté sin dudarlo», le explicó Teresita Lépore a este medio y agregó: «Tuvimos una serie de entrevistas, tanto en inglés como en español, y cuando nos aceptaron nos ofrecieron una lista de lugares a los que podíamos aplicarnos, es decir que tendríamos que pasar por una entrevista con el empleador, quien decide si te contrata o no. Las posibilidades eran muy variadas y podías elegir estar en cualquier parte de Estados Unidos».

Tere también contó: «Nosotros elegimos Sun Valley, un pueblito muy chiquito en el estado de Idaho, noroeste americano».

Sun Valley depende pura y exclusivamente del turismo, es un centro de esquí muy conocido en el país del norte que consta de dos montañas, una para principiantes y niños, y otra más grande para niveles más avanzados. «El lugar es increíble y los paisajes inolvidables, estamos en el medio de la montaña y todo alrededor es blanco, por suerte tenemos una buena temporada y está todo nevado. La gente es súper amigable, siempre con una sonrisa y dispuestos a ayudar», dice la joven de nuestra ciudad.

Con respecto a ciertos temas de adaptación, Lépore comenta a modo casi de anécdota: «El gran shock fue el clima, todos los días tenemos más de 10 grados bajo cero y llegamos a tener 30 bajo cero. Lo bueno es que estando adentro no se siente porque todos los lugares están calefaccionados de tal manera que se soporta vistiéndose con un suéter de verano».

El lugar donde viven Teresita, Ignacio y Santiago es un complejo turístico que consta de 2 hoteles principales, casas, cabañas y departamentos para alquilar, negocios, restaurantes, piletas climatizadas, canchas de tenis y cine. Todo está preparado para el turismo. Sun Valley está a 5 millas del pueblo en donde están los habitantes de esa región y donde también hay supermercados, negocios, cines y restaurantes.

Teresita cuenta que como trabajos principales, «fuimos contratados para realizar diferentes labores, los chicos trabajan en restaurantes como «muzzers» y «dishwashers» (Mozos y lavacopas) y yo en la escuela de esquí como monitora de niños. Nos contrataron para toda la temporada y recibimos un pago quincenal. Vivimos en edificios de la compañía que tienen habitaciones y baños compartidos. Las habitaciones son para 2 personas, aunque yo decidí vivir con 2 chicas más y el compañero de Ignacio nunca llegó así que él sigue viviendo solo. La compañía también tiene un restaurante para empleados, lo cual es de gran ayuda porque está dentro de las instalaciones y los precios son más que accesibles. Con esto quiero decir que el costo de vida para los empleados no es alto, pero también por esa razón los salarios no son altos».

Cómo es un día normal de trabajo?

«Un día normal de trabajo consiste en levantarse a las 7 de la mañana, desayunar y tomarse el colectivo para la montaña en la cual trabajamos, de hecho yo trabajo en Dollar Mountain, la montaña de principiantes y los chicos en Boldie Mountain, en tres restaurantes diferentes: Santiago en la base (se llama River Run), e Ignacio en lo más alto (Seattle Ridge). Nacho tiene que tomarse un colectivo, subir en una góndola y después esquiar para recién llegar. Normalmente trabajamos hasta las 4 de la tarde, que es cuando cierran las aerosillas, dependiendo del momento de la temporada y la cantidad de gente que haya. Volvemos a los «dorms», nuestras habitaciones y nos juntamos con todos los argentinos, que somos aproximadamente unos 15, a tomar mates y charlar. La cena es hasta las 8 de la noche, así que normalmente somos los últimos en ir al restaurante porque no estamos acostumbrados a cenar tan temprano. Por últimos miramos una película o jugamos al pull o ping-pong. Obviamente que esto varía todos los días porque hay veces que necesitamos ir al pueblo vecino para comprar cosas o simplemente distenderte y ver algo diferente».

Los chicos viajaron a los EEUU el 7 de diciembre, después de pasar por 3 aviones y un colectivo, y la fecha de vuelta a Argentina será el 16 de abril. «Ya llegamos a la mitad del viaje y por suerte ni nos dimos cuenta. El tiempo se pasa volando ya que trabajamos 6 días a la semana o todos en temporada alta. Aunque no hay demasiado por hacer, con los amigos que uno va haciendo el tiempo se pasa volando. Estamos muy contentos porque estamos practicando mucho el idioma, lo cual era nuestro objetivo principal, conociendo gente de todas partes del mundo y aprendiendo muchas cosas nuevas. Es una experiencia que recomendamos vivirla, porque aunque a veces se extraña y es difícil estar lejos durante 4 meses, es algo que ayuda para la vida cotidiana y laboral, y además te hace crecer muchísimo como persona».

Que se extraña?

«Lo que más se extraña es el «gran asado argentino» y la comida en general. También un poco el calorcito y la vida de verano, pero esto es un invierno tan diferente que lo hace tan lindo como el verano. Obviamente que la familia y los amigos también se extrañan pero por suerte estamos todos muy contentos y viviendo al máximo cada oportunidad que se presenta».