Le pidió su número de teléfono durante una cena en la casa del primer ministro británico.

El afán de conquista de Berlusconi llegó hasta la top model Naomi Campbell – Así lo cuenta Sarah Brown, esposa del ex primer ministro británico Gordon Brown, que el próximo 3 de marzo publicará «Behind The Black Door» (Tras la puerta negra), sus memorias de los tres años en los que vivieron en el número 10 de Downing Street. Ayer se conoció un nuevo capítulo de la saga de Silvio «Berlusconi casanova». Esta vez, el primer ministro italiano le pidió el teléfono a la top modelo Naomi Campbell durante una cena de líderes mundiales y diversas personalidades que se celebró en Londres con motivo de una cumbre.

Así lo cuenta Sarah Brown, esposa del ex primer ministro británico Gordon Brown, que el próximo 3 de marzo publicará «Behind The Black Door» (Tras la puerta negra), sus memorias de los tres años en los que vivieron en el número 10 de Downing Street. El libro se ofrecerá previamente por entregas en el diario The Daily Mail , que ayer publicó una entrevista con Sarah Brown, quien adelanta algunos detalles y curiosidades sobre el libro.

Sobre Berlusconi –que está inmerso en un proceso judicial por supuesta incitación a la prostitución de menores y concusión (abuso de poder) por el llamado caso Ruby–, Brown dice que se quedó de dura como una piedra cuando le vio pedirle el teléfono a Campbell .

Brown no lo especifica, pero por los detalles que ofrece parece evidente que la petición se produjo durante la cena que el matrimonio ofreció en el 10 de Downing Street a los líderes que asistieron a la cumbre del Grupo de los 20 que se celebró en Londres en abril de 2009.

Los Brown invitaron a esa cena a personalidades británicas de distintos ámbitos como Campbell, la escritora JK Rowling y la periodista y comentarista cultural Emma Freud. Fue con estas dos últimas «celebridades británicas» –cuenta Brown–, con quienes estuvo bromeando y riéndose sobre lo que acababa de ocurrir en un aparte que hicieron en la cocina de la residencia oficial del primer ministro.

Este fue uno de los «momentos surrealistas» que le tocaron vivir entre 2007 y 2010, el tiempo que su marido fue primer ministro, y entre los que tiene también un lugar destacado la constatación de que no podía comprar por Internet porque a la hora de poner la dirección de entrega las empresas pensaban que era una broma o un engaño.