Fue 2 a 1 en la helada noche de Ginebra, en Suiza. Di María y Ronaldo marcaron los otros goles.

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Messi selló la victoria argentina con un penal sobre la hora – El partido perdió atractivo a los 15 minutos del segundo tiempo, cuando el técnico de Portugal sacó a la estrella del Madrid.

El de Argentina y Portugal era un amistoso con todos los condimentos, desde el choque entre Lionel Messi y Cristiano Ronaldo que da vueltas al mundo hasta el sorpresivo puntapié inicial en el estadio de Ginebra a cargo de Michael Schumacher, un ídolo del automovilismo pero fanático del fútbol.

Empezó mejor el seleccionado luso, con el dominio de la pelota y la primera situación peligrosa en el primer minuto de juego cuando un centro desde la izquierda fue desviado con lo justo por la cabeza de Gabriel Milito, defensor que ayer había estado en duda por un corte en la nariz producto de un golpe en el entrenamiento. El mediocampo portugués presionaba y el argentino, por el contrario, no podía hacer pie. Muy desordenado en los primeros minutos, el equipo de Paulo Bento era el que más chances de llegar al gol podía tener.

Poco a poco, los de Sergio Batista fueron acomodándose en la cancha y generando sus propias oportunidades, con Messi siempre como protagonista o al menos un actor principal. A los seis, un centro desde la derecha de Angel Di María rebotó en un defensor luso y la pelota le quedó a Leo, cuyo cabezazo se fue cerca del poste derecho. La otra fue a los 10: esta vez, Messi fue el que tiró el centro y Cambiasso el que intentó desviar de zurda, pero el arquero Eduardo llegó antes y cortó la chance de Argentina.

Con Meireles muy libre y Almeida complicando a la zaga argentina, compuesta por Milito y Burdisso, el delantero fue el que quedó más cerca del primer gol. Pero Argentina contaba con su as de espadas, ese que tanto se nombró en la previa por el duelo con Ronaldo. A los 13 minutos, La Pulga inició un contraataque letal, dejó a dos hombres en el camino en la puerta del área, aguantó las patadas y metió un pase a espaldas del hombre que marcaba a Di María. El volante del Real Madrid apareció por la izquierda para tocar de primera con su zurda y poner arriba a la Selección.

Sin embargo, enfrente estaba Cristiano Ronaldo, claro. Y fue a través del jugador del Real Madrid que rápidamente todo volvió a la igualdad. A los 20 minutos, Nani inició una jugada por izquierda, Almeida peinó la pelota, que le quedó serviada a un Ronaldo centrodelantero, quien en clara posición adelantada sólo tuvo que empujarla al gol. Apenas unos minutos más tarde fue nuevamente el jugador mejor pago del mundo el que apareció en acción, en una contra producto de un córner que no progresó en Argentina, para dejar en el camino a Mascherano y rematar cerquita del primer palo, aunque demasiado apresurado cuando un compañero subía para ayudarlo por la izquierda.

El segundo tiempo comenzó como el primero. Portugal tuvo dos chances de llegar al gol en los primeros minutos. Cuando sólo habían pasado unos segundos del pitazo inicial, un centro perfecto de Ronaldo para la cabeza de Almeida se fue apenas afuera. Luego, se invirtieron los roles. Almeida probó al arco, Romero se estiró pero fue el travesaño el que evitó el gol luso y luego, en el rebote, Cristiano desperdició la chance del 2-1.

Argentina recién amenazó a los nueve minutos, con un tiro libre de Messi –su segundo en el encuentro- perfecto al ángulo superior derecho, pero Eduardo evitó el gol y sacó la pelota al córner.

Después de eso, los técnicos aprovecharon para mover el banco y fue el final para el duelo Messi-Cristiano, porque el portugués salió en el triple cambio de Bento, quien sacó al delantero del Real, a Almeida y a Nani. Batista, por su parte, apostó por sacar a Zanetti, Banega y Di María para dejarles un lugar a Zabaleta, Gago y Pastore.

Con la salida de Ronaldo y la compañía de Pastore para Messi, la cancha se inclinó a favor de Argentina. Cambiasso, más liberado, se posicionó más adelante en la cancha y por momentos apareció como un delantero más. A los 27 minutos llegó la oportunidad más clara de gol, tras un centro de Lavezzi desde la derecha que Rojo, de cabeza, no pudo desviar con precisión.

Fuente: Clarín.com

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