La policía dice que habría participado junto a un cómplice varón, que fue decapitado cuando explotó la bomba en el aeropuerto Domodedovo.

Atentado en Moscú: creen que actuó una mujer kamikaze – Y que serían terroristas del Cáucaso. El ataque fue el lunes y murieron 35 personas. Los investigadores rusos estimaban ayer que el atentado que causó 35 muertos y 180 heridos en el aeropuerto Domodedovo el lunes fue cometido probablemente por una mujer kamikaze acompañada de un cómplice , y señalan que el modo de operar es el «habitual» de los rebeldes del norte del Cáucaso . Con todo, no se avanzó mucho en la investigación .

«La explosión tuvo lugar en el momento en que la presunta terrorista abrió su bolso. La terrorista estaba acompañada por un hombre que se encontraba a su lado y fue decapitado por la explosión», declaró una fuente policial citada por la agencia oficial rusa Ria Novosti . La bomba pudo haber estallado de manera prematura cuando los autores del atentado se disponían a dejarla en la sala del aeropuerto, pero también pudo ser «activada a distancia», estimó la fuente. Si fue así, no era claro si los presuntos autores querían inmolarse también.

«El atentado fue cometido según la técnica habitual que utilizan los oriundos del Cáucaso del Norte», insistió una fuente policial.

Otras fuentes evocaban específicamente la pista del norte del Cáucaso, región del sur de Rusia en la que se extendió una rebelión armada de inspiración islámica consecutiva a las dos guerras llevadas a cabo por las fuerzas armadas rusas desde 1994 en Chechenia, donde operan guerrillas independentistas.

La policía, según la agencia Interfax , informó que la cabeza de un presunto autor del atentado encontrada en el lugar de la explosión era la de «un hombre de tipo árabe de 30 ó 35 años de edad». Intentarán hacer un ADN para identificarlo, pero los restos están completamente destrozados. También buscan a tres sospechosos que habrían sido cómplices y escaparon pocos segundos antes.

El episodio volvió a conmover a Rusia y trajo el recuerdo de otros atentados terribles como aquel contra el teatro de Moscú en 2002, contra la escuela de Beslán (Osetia del Norte) dos años después o contra la red de subte en 2010.

El lunes, el aeropuerto moscovita más grande y activo quedó envuelto en una nube de humo. En el lugar donde transitaban cientos de personas al momento del estallido había pedazos de tejido humano. Todavía ayer seguían las tareas de inspección y controles de seguridad, que se extendieron a otros sitios de la capital.

Hasta ayer nadie se adjudicó la responsabilidad por la explosión , que ocurrió apenas pasadas las cuatro y media de la tarde del lunes. Pero rebeldes chechenos se han presentado como los perpetradores de ataques terroristas en anteriores oportunidades.

El presidente Dmitri Medvedev ordenó de inmediato reforzar la seguridad en los otros dos aeropuertos comerciales de Moscú y otros puntos importantes. Y al principio canceló asimismo su viaje a Davos, Suiza, donde pensaba promover a Rusia ante inversores de todo el mundo. Sin embargo, luego se informó que iría de todos modos.

En el aeropuerto moscovita seguía ayer un ambiente enrarecido. Las unidades especiales patrullaban y los controles se endurecían, mientras que las flores iban acumulándose cerca del lugar del ataque . Dolor, miedo, miradas nerviosas y tensión dominaban la escena que se vivía en el Domodedovo. En la zona de llegadas, donde detonó la bomba, había decenas de claveles y crisantemos para recordar a las víctimas. «Tenemos una sensación desagradable’’, comentaron Serguei y su novia Olga, antes de salir de vacaciones dejando flores en el lugar. También Marina, de 25 años, depositaba una flor en el lugar de la catástrofe. «Es una tragedia terrible’’, dijo en voz baja. El lugar de los hechos se encontraba ayer cercado. En la salida del estrecho túnel que deben atravesar también los viajeros que llegan, numerosos amigos y familiares esperaban a sus seres queridos para abrazarlos. Entre una multitud similar, el o los atacantes se inmolaron hacía menos de 24 horas. Los que estaban a su alrededor no tuvieron oportunidad de escapar, sus cuerpos se desgarraron.

Hoy Moscú recordará a las víctimas con un día nacional de luto .

«¿Qué puedo hacer’’, dijo el taxista Ruslan, que espera a que lleguen clientes. «Es mi trabajo. Debo alimentar a mi familia y aquí es donde más dinero gano’’. Al final de la fila para tomar taxis estaba Lyobov Mironova. La mujer de pelo cano iba a recoger a su hija. «Se lo había prometido’’, murmura. «Pero estoy vigilante, miro bien a quién tengo cerca’’, señaló.

Las unidades de la policía antiterrorista OMON patrullaban de civil todo el hall escudriñando a los transeúntes.

Vigilaban y controlaban sobre todo a los de rasgos caucásicos . Pero las dudas seguían. Según testigos, el o la asesina gritó «los voy a matar a todos», y para algunos expertos, los terroristas chechenos islámicos en general no exclaman cosas así.

Fuente: Clarín.com