Gabriel Zapata cuenta de su vida con los comics, las caricaturas y de su talento a la hora de plasmar cada pensamiento en un dibujo.

“Sueño con ser el Fontanarrosa de El Trébol” – Por Francisco Díaz de Azevedo Gabriel Zapata tiene hoy 52 años y una larga trayectoria local de la mano del dibujo y los garabatos.

De hecho, desde hace muchos años se codeó con las historietas y fue el pionero en la ciudad al hacerlo en el recordado «Cosecha».

Gabriel es de profesión Radiólogo pero en cada segundo y momento libre, con una birome, un crayón, un lápiz o una lapicera, bocetea algo que quedará en una pared, una cartera, un cuaderno o en la puerta de un ropero como recuerdo, como regalo, como plasmando un momento captado desde un puño y una muñeca. Sus caricaturas están en cada espacio y en cada rincón donde él pasa o en el arcón de las pertenencias de sus amigos y personas allegadas.

«Desde siempre me dí cuenta que tenía facilidad para el dibujo. Yo era el que hacía las láminas en la escuela y hasta hacía los dibujos en la clases de Inglés de la Sra.Gladis Molino tratando de tapar mi falencia con el idioma. De todas maneras era imposible y tenía que estudiar igual», recuerda «Gabi», que el pasado viernes 4 de septiembre, en el Día de la Historieta, fue homenajeado, junto a su hermana Alejandra, por toda la Comisión de trabajadoras de la Biblioteca Popular Domingo Píccolo de la ciudad de El Trébol.

Zapata cursó sus estudios en la Escuela Belgrano y los siguió en la Media, donde acentuó aún más su vocación por el lápiz. «El dibujo es increíble. Poder transmitir con un lápiz y un papel lo que uno siempre se le pasa por la cabeza o el corazón no se puede describir. Yo soy autodidacta al igual que mi hermana y es como el que agarra una guitarra y saca una melodía sin saber de música. Puede llevar una melodía que tiene en la cabeza a la guitarra. Nosotros tenemos una imagen en la cabeza y lo podemos llevar al papel. Pero no me preguntes como lo hacemos porque simplemente vino incorporado en el «chip» que trajimos de fábrica», suelta y se ríe.

Gabriel hizo historietas y volvió a reversionarse en El Informativo cuando estrenó nuevo formato de periódico. Creó flamante personaje y regresó a «las pistas». «Me gusta ser dibujante y me gusta ser guionista. Me gustaría poder ser, salvando las distancias, el pequeño Fontanarrosa de El Trébol. Soy un admirador del «Negro» y leo permanentemente sus cosas. Tiene trabajos notables como Boogie el Aceitoso, Inodoro Pereyra que fueron maravillosas creaciones. También me gusta Lupín, Patoruzú, Mafalda y muchas cosas más».

Con sus guiones, Gabriel un día llegó a escribir los libretos de cada show del grupo humorístico Vademecum que el también integra y protagoniza, junto a sus tres amigos con los que se presenta cada año en la región. «Me fui formando como guionista y hasta volqué cosas ahora en Vademecum. Como me gusta dibujar, me gusta escribir y lo hago cada vez más. Cada obra nueva la escribo yo en cada momento libre y así voy creando situaciones. Tengo una idea con mi hermana de hacer una revista de humor y editarla en El Trébol. Ojalá lo concretemos pronto porque la ideas es maravillosa y no existe nada de acá».

Gabriel hizo su primer tira de comic en el viejo «Cosecha» de principios del 2000 con el perrito «Garabato» que tenía sus ocurrencias. «Yo tengo dos personajes. «Garabato» que lo tenía en el Cosecha que opinaba sobre la ciudad y ahora «Carloncho» en El Informativo que opina sobre la actualidad. «Carloncho» está inspirado en un personaje real de esta ciudad. Están hechos en épocas distintas pero ambos reflejan la realidad y al verlos te dabas cuenta de lo que pasaba en El Trébol. Uno era en blanco y negro y ahora «Carloncho» llegó a color. De todas maneras yo sueño con publicar algún trabajo en un medio masivo importante y ojalá que podamos largar lo de la revista porque sería importante».

Los genes por el dibujo se fueron transmitiendo de generación en generación y «Gabi» cuenta que «Emiliano, mi hijo mayor, tiene facilidades notorias aunque no la desarrolla. Manolita y Juan vienen atrás sabiendo dibujar y quizás a alguno de ellos se les dé por hacer algún día algo relacionado con esta virtud. El problema es que yo no les puedo transmitir algo que no lo aprendí de nadie. Lo mío es el papel y el lápiz, con al compu no hago nada de nada, no la sé usar y no me interesa. No concibo sentarme a crear delante de un monitor, es chino básico. Hay gente que son genios haciendo todo en la era digital, yo soy del papel y el lápiz y nadie me saca de ahí».