Escándalo en Francia por un caso de espionaje en Renault – Pasaban información sobre autos eléctricos. Tres importantes ejecutivos del constructor francés de automóviles Renault, que trabajaban en el desarrollo de los nuevos vehículos eléctricos en los que la marca destinó hasta ahora 4.000 millones de euros, fueron suspendidos ayer de sus funciones por la dirección por sospechas de «espionaje industrial» , hechos «muy graves» que amenazan los «activos estratégicos», según un comunicado de la empresa, y que alarma al gobierno francés, accionista del grupo, que evocó una «guerra económica».
Tras la suspensión, los tres ejecutivos serán probablemente despedidos por el grupo, que además planea presentar «inevitablemente» una querella para que se inicie una investigación judicial. «En lo jurídico, estamos estudiando todas las opciones que conducirán inevitablemente a presentar una demanda», indicó el director del departamento jurídico de Renault, Christian Husson, en una declaración.
«Para Renault se trata de hechos muy graves que implican a personas en posición particularmente estratégica en la empresa», añadió Husson.
Los tres directivos, de los cuales uno tendría más de 30 años de antigüedad, trabajaban en el mismo polo de desarrollo en proyectos vinculados a la nueva gama de vehículos eléctricos en los que el grupo apuesta para su desarrollo , según fuentes cercanas a la investigación. El lunes, la víspera de que se conociera el caso, los tres directivos fueron escoltados desde sus oficinas hacia la salida de la planta por guardias de seguridad con la sospecha de haber difundido informaciones estratégicas sobre los activos «intelectuales y tecnológicos» del grupo.
Según la dirección jurídica de Renault, la investigación, que duró varios meses, «permitió identificar elementos convergentes que dan cuenta de la actuación de estos tres colaboradores contrarias a la ética de Renault, que ponían en riesgo conscientemente y deliberadamente activos de la empresa». La identidad de los tres ejecutivos no fue revelada, tampoco los detalles sobre las informaciones que habrían filtrado. La empresa señaló que la investigación interna comenzó en agosto tras una «alerta» y continúa.
El ministro francés de Industria, Eric Besson, afirmó en declaraciones radiales que el caso de espionaje «ilustra nuevamente los riesgos de nuestras empresas en espionaje industrial» y lo asimiló a una «guerra económica». El Estado francés es dueño en un 15% del constructor Renault.
Renault, aliado al japonés Nissan, focalizó su estrategia de desarrollo para los próximos años en los vehículos eléctricos. En diciembre lanzó su primer coche, un Nissan Leaf. Este año debe lanzar al mercado la versión eléctrica de dos modelos que ya comercializa, un sedán rural bautizado Fluence y una nueva versión del utilitario Kangoo Express. Entre el segundo semestre de este año y 2012 debe enriquecer su oferta con dos nuevos vehículos eléctricos, el Twizy, de dos plazas, y Zoe, un pequeño sedán.
La dirección del grupo, liderada por Carlos Ghosn, considera que los vehículos eléctricos representarán el 10% del mercado automotor en 2020 y cada año invierte 200 millones de euros en su desarrollo. Con la ambición de convertirse en el líder mundial del sector, unos 1.700 ingenieros se dedican a estos proyectos. Renault presentó 56 patentes relativas a estos vehículos y concentró gran parte del desarrollo en el polo de Guyancourt, en las afueras de París, en donde trabajaban los tres directivos suspendidos.
Por el importante costo que representa lanzar un nuevo producto y los años en desarrollo e investigación que demanda, el sector automotriz es un objetivo privilegiado para el espionaje industrial . Ayer mismo, luego de que el caso ganara en amplitud, Philippe Varin, al frente del constructor PSA Peugeot-Citröen, aseguró que su grupo está en alerta por los riesgos de filtraciones.
Fuente: Clarín.com