La presidenta busca entregar la construcción y operación de terminales, entre ellas la de Guarulhos, en San Pablo.

Dilma quiere privatizar los nuevos aeropuertos de Brasil – Es porque cada vez más gente viaja en avión y están desbordados. Y necesitan modernizarlos para el Mundial y los Juegos Olímpicos. Con 9 millones de nuevos pasajeros que el año pasado accedieron por primera vez al avión, la infraestructura aeroportuaria brasileña se desbordó. Es un sofocón que debe ser superado antes del Mundial del 2014, cuando llegarán a Brasil decenas de miles de turistas de todo el mundo. La presidenta Dilma Rousseff, según indicaron asesores de la jefa de Estado a la prensa brasileña, pidió la entrega en 15 días de un modelo para incorporar al sector privado en la ampliación de terminales en las capitales más importantes.

De acuerdo con el diario Folha de Sao Paulo , el objetivo es descongestionar las instalaciones aeroportuarias para 2014 y 2016, cuando se realizarán los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro. Según la empresa estatal Infraero, dueña de todos los aeropuertos brasileños, se precisa una inversión de 3.200 millones de dólares para poner en condiciones técnicas las instalaciones de los 12 estados que serán sedes del Mundial de fútbol.

El proyecto ya venía del gobierno de Lula da Silva, pero el año pasado se suspendió con el plan de dejar en manos de la actual jefa de Estado la decisión sobre el modelo más conveniente. El ministro de Defensa Nelson Jobim, uno de los que Dilma heredó de su antecesor, había señalado a mediados de 2010 que «por tratarse de un año electoral no conviene concesionar las obras. Quedará para el próximo gobierno decidir el asunto».

De acuerdo con la información de Folha entrarían dentro del paquete de concesiones a los privados el principal aeropuerto del país: el de Guarulhos, a 30 kilómetros de la capital paulista, el de mayor tráfico de toda América del Sur. También formaría parte de ese proceso las instalaciones de Viracopos, próximo a Campinas, a 90 kilómetros de San Pablo.

El tema de las concesiones fue polémico y, según se afirma, llegó a enfrentar a la ahora presidenta con su ministro de Defensa. El plan de Lula tuvo, también, una fuerte resistencia del Partido de los Trabajadores que temieron el reemplazo del monopolio estatal Infraero por un monopolio privado en el manejo aeroportuario.

Se decía que Dilma, cuando era ministra, se había mostrado partidaria de abrir el capital de la compañía estatal al sector privado. De acuerdo con Folha , Dilma habría conversado con las empresas Tam y Gol para un proyecto de privatización por concesiones en la construcción y operación de nuevas terminales.

Desde luego, el proyecto despierta el interés de los gobernadores de San Pablo, Geraldo Alkmin, y de Río de Janeiro, Sergio Cabral. Ambos se apresuraron a demostrar su interés en «colaborar» en declaraciones realizadas ayer a la prensa brasileña. El presupuesto dibujado por la estatal Infraero sería de 700 millones de dólares para las dos terminales paulistas.

Según Cabral urge privatizar los aeropuertos de Río: el Santos Dumont, que atiende exclusivamente a los vuelos domésticos, y el Tom Jobim, que sirve a los internacionales, además de la red nacional. El gobernador fluminense insistió en esa tesis privatista en una reunión con miembros del Comité Olímpico Internacional, el jueves pasado. Fue antes de la asunción de Rousseff. Según este gobernador, «el aeropuerto es una piedra en el zapato porque está lejos de tener la dimensión ideal para abarcar el turismo en Río en los próximos años».

La estatal de aeropuertos administra 67 terminales aéreas en todo el país y cualquier proyecto de incorporación de la actividad privada, especialmente en la operación de las instalaciones, requerirá una reformulación del marco regulatorio de la actividad aérea. De hecho, estaría en los papeles crear una nueva Secretaría de la aviación civil.Aunque la presidenta Rousseff esté preocupada por el avance de obras consideradas centrales para 2014, cuando se realice el Mundial de fútbol, según sus asesores no tomará «ninguna medida» apresurada ni bajo presión, este caso de los gobernadores.

En su primer día de trabajo, el domingo, la jefa de Estado abordó con autoridades extranjeras temas referidos al sector energético, tecnológico y de obras públicas. Fue el caso de su cita con el premier de Corea del Sur Kim Hwang-Sik, con quien habló de la cooperación en el campo nuclear, el petrolero y el de la construcción naval.

Y en la audiencia que concedió al ex primer ministro de Japón Taro Aso, Dilma discutió el proyecto de Tren de Alta Velocidad entre Campinas y Río de Janeiro.

Fuente: Clarín.com