Garré apuró los cambios y echó a toda la cúpula de la Federal

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Remoción – La ministra relevó a trece comisarios generales. Se va Vallecca y asume como jefe Capdevilla. Ayer, antes de que Cristina Kirchner partiera a la Cumbre del Mercosur, en Foz de Iguazú, se reunió con su nueva ministra de Seguridad, Nilda Garré. Después de seis años, la Policía Federal tiene nuevo jefe. El comisario general Néstor Vallecca, afectado por la crisis del Parque Indoamericano, debió dejar su cargo, igual que su segundo, Jorge Oriolo. El titular de la fuerza policial más importante del país será el comisario Enrique Capdevilla. Como subjefe se nombrará al comisario Alejandro Di Nizo. La purga afectó además al resto de los comisarios generales: todos ellos -son once más los dos jefes- fueron removidos. A solo un día de asumir, Garré cambió a toda cúpula de la Policía Federal.

Vallecca era de la confianza del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y había sido nombrado en su cargo por Néstor Kirchner. Ayer habló con Clarín: «Lamento mucho las tres muertes del Parque Indoamericano», dijo.

Capdevilla y Oriolo asumirán hoy en sus puestos a las seis de la tarde, en una ceremonia que se hará en el Departamento Central de la Policía Federal.
Capdevilla era hasta ahora el director de Orden Urbano y Federal, es decir, tenía a su cargo a la Infantería y a la Policía Montada. Tendría, además, un parentesco con el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini.

Oriolo era director General de Coordinación. Hizo carrera: estuvo a cargo de Interpol. Oriolo es el quinto comisario mayor en orden de antigüedad. Es por eso que en la Federal se especulaba anoche con que otros tres comisario mayores podrían pasar también a retiro.

El kirchnerismo modificó, en medio de una crisis, y como nunca antes, a todas las autoridades de la Policía Federal.

Estos cambios se suman al nombramiento del nuevo equipo de Garré en Seguridad: la ex fiscal Cristina Caamaño será su secretaria de Seguridad; Gustavo Sibilla asumirá en la Secretaría de Planeamiento y Patricia Báez Rocha en la Subsecretaría de Coordinación. Tras la purga en la Policía Federal, Garré espera ahora reacciones de cualquier tipo: «Pueden tirarnos un muerto, por supuesto. Incluso secuestrarnos a algún ‘notable’», la escucharon decir sus íntimos.

¿La mandataria le pidió que agudizara la purga en la Federal hasta descabezar a todos los jefes que responden a Aníbal Fernández?

Cristina no se lo dijo directamente, pero le dio a entender que tenía todo su apoyo para descabezar a una fuerza que hace más de un lustro respondía a Fernández y, por ende, a Kirchner. Fue durante una charla que tuvieron el fin de semana en la Quinta de Olivos.

Garré aguarda que se termine de conformar su ministerio a través de nuevos decretos, que se le reasigne el presupuesto, y hasta que aparezca un edificio público cercano a la Casa Rosada para empezar a ocuparlo. Quiere empezar a trabajar cuanto antes. «Ahora mando yo», repite la ministra en la intimidad.

La funcionaria que ahora revisará legajos de los policías y su pasado será Paula Honisch, que había hecho lo mismo en el Ministerio de Defensa. Honisch fue subsecretaria letrada de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas junto al ex fiscal Manuel Garrido. El nuevo modelo de investigación que encabezará Honisch será similar al que Marcelo Saín impuso en la Policía de Seguridad Aeroportuaria, a pesar de la resistencia del ministro de Justicia, Julio Alak, que retrasó las decisiones administrativas para crear esa área. La oficina de esa fuerza realizó este año (funciona hace muy poco) alrededor de 50 sumarios internos. En todo el 2009, la Federal solo se vio afectada por unos 30 sumarios a sus oficiales.

Garré dijo que eligió como su segunda a Caamaño, entre otras cosas, porque conoce cómo es trabajar bajo presión. La ex fiscal del caso Ferreyra desafectó de la instrucción a la Policía Federal -solo se manejó con el área de Asuntos Internos de esa fuerza- y avanzó sobre la responsabilidad en el crimen del ferroviario José Pedraza: fue amenazada y pidió que le enviaran custodia. Así fue. Ahora que asumió en Seguridad vivirá con guardaespaldas uniformados a su alrededor.

Puricelli cruzó a Jaunarena

En su primer día como ministro de Defensa, Arturo Puricelli calificó de «temerarias» las declaraciones del ex titular de esa cartera, Horacio Jaunarena, que había dicho que el Ejército sólo está preparado «para dos horas de combate».

}Puricelli replicó que «lo que le puedo decir al señor Jaunarena es que yo, el año pasado, como director de Fabricaciones Militares, produje 11 millones y medio de municiones y ese nivel de producción había multiplicado en tres la capacidad de producción de lo que venía siendo a lo largo de los años».
Puricelli ratificó que continuará la tarea iniciada por Garré de democratización de las Fuerzas Armadas.
«La política de defensa no puede ser la impronta de un ministro sino una decisión política del Gobierno, que es muy clara y nosotros compartimos», afirmó el santacruceño.

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