El Ballet de El Trébol conmovió desde la más absoluta belleza

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Brillo puro – Casi 600 personas asistieron a la gran gala de la noche del domingo. Hubo que esperar tres años para volver a verlos en un show íntegro. Al pisar el patio de la escuela, uno ya comenzaba a sentir que el asombro iba a ser el leit motiv de la noche. El lugar estuvo ambientado con tonalidades negras y blancas y logró crear un clima íntimo, agradable y propicio para semejante evento.

A las 20:30 hs. en punto, la Ingeniería de Pons y Recalde comenzó a desplegar colorido y danza, en una apertura sencillamente impresionante. El aplauso de la multitud no se hizo esperar y enseguida el Ballet arremetió con el «Dios de la Danza», con la compañía acrobática integral de Rosario. Conmovedor. Asombroso.

Durante toda la noche, las pantallas gigantes situadas a los costados del escenario mostraron diferentes momentos de viajes que el grupo emprendió en diferentes épocas por tres continentes.

Como un engranaje que calza perfecto, solistas, parejas y grupos desandaron uno tras otro cada cuadro, como «Canaro en París», «Felicia», cuadros de tango y su sensual 2 x 4.

La segunda parte

Tras el intervalo, llegó la conmovedora «Suite de Malambo», un clásico del Ballet que cada día estremece más. El ritmo in crescendo de la guitarra de Víctor Recalde acompaña a cada bailarín con su zapateo estridente, preciso y detonante. Fue la gran ovación de la noche, como no podía ser de otra manera.

El espectáculo no dio treguas y cuando no asombraban los bailarines, el grupo de músicos que tiene a Víctor Recalde en guitarras y la flamante incorporación de Adrián Tropea en teclados, arrancaba suspiros con una versión exquisita de «No llores por mí Argentina».

Detrás de camarines, cinco «extraterrestres» vestidos de vestuaristas y asistentes hicieron magia durante toda la noche para cambiar, vestir, maquillar y producir cientos de veces a cada bailarín».

Un rato después, llegaron clásicos como los reconocidos cuadros de tango, «La Telesita» y las Danzas Sureñas le dieron lugar a los bailes del Carnaval, tan coloridos y típicos y con la excelencia que solo el Ballet le imprime.

La gala del Ballet El Trébol fue un golpe certero a los sentidos de la belleza, del asombro y de la emoción. Graciela Pons y Víctor Recalde se permitieron hacer un recorrido por sus clásicos para finalmente mostrar lo nuevo de esta era moderna.

Ojala que no haya que esperar tres años más para volverlos a aplaudir.

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