Distinto – La disciplina es furor en las grandes ciudades. Es de origen francés y ya llegó a El Trébol. Finalmente el Parkour llegó a la ciudad. El qué…??? El Parkour.
Sí, según lo define el «Wikipedia», el Parkour, también conocido como l’art du déplacement: (el arte del desplazamiento), es una disciplina o filosofía que consiste en desplazarse de un punto a otro lo más fluidamente posible, usando principalmente las habilidades del cuerpo humano. Esto significa superar obstáculos que se presenten en el recorrido, tales como vallas, muros, paredes, etc. (en ambientes urbanos) e incluso árboles, formaciones rocosas, ríos, etc. (en ambientes rurales). Esta disciplina puede ser practicada en áreas tanto rural como urbana Los practicantes del Parkour son denominados como traceurs (traceuses en el caso de las mujeres).
Está claro ahora? No??? Bien seguimos explicando entonces: Lo que llegó a El Trébol es El Parkour comienza su desarrollo hacia finales de los años 80 en Francia, en los juegos de ciertos jóvenes motivados por David Belle a quien se le atribuye la creación de este deporte, ya que influenciado por su padre «Raymond Belle» el mismo que fue entrenado en el ejército y que posteriormente se hizo miembro de cuerpo de bomberos de Paris. Fue entrenado con el Método Natural desarrollado por George Hebert, un método de educación física que consiste en un desplazamiento continuo de caminata, trote o carrera, salto, cuadrupedia, escalada, equilibrio, lanzar cosas (livianas o pesadas), cargar peso, defensa y natación, cada uno trabajándolo según el propio ritmo de la persona.
Algo más claro, en la ciudad de El Trébol, el Parkour se practica desde hace casi un año por un par de grupo de jóvenes.
Mientras hacen malabares asombrosos en la plaza, en una tarde abrasadora de esta primavera con matices de verano, Matías Bovina, uno de los fieles practicantes de esta disciplina señala: «Somos dos grupos en El Trébol que hacemos Parkour. Nosotros somos siete y a veces practicamos con el otro grupo también. Tratamos con las técnicas como fuerza, agilidad y velocidad poder trepar tapiales y circular de una manera estética interesante. Entrenamos y practicamos las técnicas. Cada ejercicio tiene un nombre básico, como el dash, gato, baúl a la hora de saltar un tapial para dar un ejemplo. No es peligroso, pero hay que aprender las técnicas para poder luego hacerlo bien y sin lesiones».
De a poco nos vamos habituando al lenguaje de los «tracers» (Practicantes de Parkour), que nos explican: «Trabajamos con flips o mortales y diferentes alternativas. Es muy lindo para ver. La gente que pasa por la plaza se engancha y nos miran y nos aplauden».
El Parkour comenzó a ser una moneda corriente en las grandes ciudades y de a poco esta cultura comenzó a expandirse a las urbes menores. «Ya hay muchos grupos de este deporte extremo en Rosario, Córdoba y Buenos Aires, pero ahora en la región comenzaron a aparecer los primeros amantes de esto», explica Bovina.
El grupo de Matías se llama «Urban Life» y está integrado por Matías Paserini, Benjamín Llobet, Facundo Barrera, Alejandro Piumetti, Clever Casanave y Lautaro Amurri.
El otro grupo fuerte de la ciudad es el «Undestructer», lo integran Matías Silva, Román Figueras, Joel Natali y Gonzalo Jardach.
El lugar para poder ver de qué se trata el Parkour es el patio cívico de loa Plaza San Martín en cada tardecita. Las rampas y las torres del mástil hacen de ideal campo de entrenamiento para los practicantes… bueno, perdón… para los «tracers».