Hay un nuevo jefe en el equipo. Y se le pidió a Lula que baje el duro tono del último mes.

Para ganar el balotaje, Dilma hace cambios en la campaña – . Dilma convocó a un político de su extrema confianza. El oficialismo tendrá que cambiar la orientación de la campaña de Dilma Rousseff para llegar sin sobresaltos a los comicios del 31 de octubre. Dilma Rousseff, quien consiguió 47% de los votos en la elección del 3 de octubre, tendrá que enfrentar un adversario que está dispuesto a h acer de todo para ver si conquista la presidencia. Según los dirigentes del bloque opositor, hay que volver a pegar en la tecla del aborto; no porque se trate de un problema de principios sino porque le puede acercar una mayor porción de los electores que optaron por Marina Silva, ante el temor de una Dilma que pudiera aprobar alguna ley más amplia en la interrupción del embarazo.

Para enfrentar la salva de ataques que se le avecinan.   Dilma convocó a un político de su extrema confianza. Se trata de Ciro Gomes, ex ministro de Integración durante el gobierno de Lula y miembro del Partido Socialista Brasileño. Su hermano, Cid Gomes, fue electo gobernador de Ceará, una de las grandes provincias del nordeste brasileño, gracias a la inestimable ayuda y solidaridad que le brindó el presidente Lula da Silva. Ahora le toca a Ciro devolver la gentileza, con la certidumbre de que será un hombre importante en un eventual futuro gabinete de Dilma.

En tanto, la postulante oficialista toma una distancia adecuada de su mentor; gobernadores y legisladores le pidieron al presidente que baje el tono de agresividad manifestada el último mes y que recayó especialmente sobre la prensa. Lula aceptó la crítica y sostuvo que volverá a ser «Lulinha paz y amor» , como en 2002 y 2006. Con un perfil más independiente, la candidata deberá rodearse del conjunto de los partidos de la coalición . En el PMDB, de la alianza oficialista, hay consenso en que tendrán una participación mucho más activa en el tiempo que media hasta el balotaje.

En el oficialismo se escuchan las autocríticas . Fue la senadora electa y ex alcalde de San Pablo Marta Suplicy quien puso el dedo en la llaga. «Fuimos demasiado soberbios al creer que Dilma ganaría en la primera vuelta». Apuntó que una de las condiciones para el triunfo es «bajarse de esa arrogancia». Los opositores no se amedrentan: juegan con el fin de la influencia del presidente Lula en los estados ya que varios de los gobernadores que estaban bajo su ala ya fueron elegidos. Especulan que ese hecho cambiaría el favoritismo, que en teoría habría de migrar de Dilma a Serra. Pero los análisis de los especialistas marcan otra cosa . Según Cesar Zucco, doctor en Ciencias Políticas citado por el diario Estado de Sao Paulo , existe una correlación entre los votos de Dilma y el programa Beca-Familia, que se desenvuelve en los 5.500 municipios brasileños . Tomó ciudades que estaban más atendidas por ese programa, por tratarse de lugares donde reina la pobreza. Y descubrió que si se las compara con aquellas donde el plan Beca-Familia tiene menos envergadura, en las primeras Dilma obtuvo 1,3% más de votos que en las segundas. El voto del nordeste del país, dijo el experto, se explica por el aumento del nivel de empleo que creció a tasas superiores que la media nacional.