Fuertes críticas al Gobierno, a Scioli y a la Bonaerense. Más de 1.000 amigos, compañeros de colegio y de rugby del adolescente exigieron justicia y seguridad en la plaza Maschwitz.

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Indignación y reclamos en la marcha por Matías – Estuvieron sus padres y sus hermanos, pero se quebraron y debieron irse rápido. Los padres y los hermanos de Matías Berardi (16), el adolescente secuestrado y asesinado en Campana, llegaron ayer a la plaza principal de Ingeniero Maschwitz media hora antes de que empezara la marcha que se había organizado para pedir justicia. Pero sólo pudieron estar unos minutos allí: apenas los vecinos, amigos y compañeros del chico se acercaron con pancartas para saludarlos, se quebraron . A la primera que tuvieron que llevarse fue a la madre que, en medio de una crisis de llanto, no dejaba de repetir el nombre de su hijo muerto.

Signada por la indignación, el dolor y un fuerte reclamo a las autoridades, la marcha convocó a unas 1.000 personas entre familiares, amigos, compañeros de colegio y de rugby de Matías.

El cuerpo del adolescente apareció con un balazo disparado a quemarropa en la tarde del miércoles, en un descampado de Campana. Le habían sacado parte de la ropa y habían destruido su celular.

El chico había ido a bailar al boliche Pachá (en la Costanera Norte) el lunes a la noche. Ya en la madrugada del martes, a eso de las 5.30 regresó en una combi que lo dejó en ruta 26 y Panamericana. Pensaba tomarse un colectivo para llegar hasta su casa, ubicada en la zona. Pero fue capturado por los secuestradores, que de inmediato comenzaron a negociar un rescate con su familia . Las comunicaciones se interrumpieron abruptamente alrededor de las 20.20 del martes, momento en que Matías huyó por unos minutos del galpón de Benavídez donde estaba encerrado. Lo recapturaron y lo mataron, en un hecho brutal por el que hay cinco detenidos (ver Los dos prófugos son…) Ayer a las 16.30, cuando la gente se empezaba a juntar en la plaza de Maschwitz, aparecieron caminando los familiares más íntimos de Matías: sus papás, Juan (veterinario) e Inés (maestra jardinera), y sus hermanos, Francisca, Lucas y Bautista. Una de las imágenes más conmovedoras fue la del padre llevando en brazos a su hijo más chico, de 4 años, que aplaudía al igual que todos los presentes .

Por la angustia, a los pocos minutos los familiares del chico tuvieron que irse de la plaza. Unas 200 personas los acompañaron 150 metros en silencio hasta que subieron a una camioneta Toyota azul y se fueron. Por las ventanillas, miraban con tristeza las banderas y carteles con las fotos de Matías .

Mientras todo esto, sucedía las campanas de la plaza no dejaban de repicar. Unos minutos después, cuando los manifestantes estaban en silencio, en una de las esquinas de la plaza (en La Plata y Falucho), aparecieron de golpe unos 60 chicos . Todos eran amigos de Matías; algunos del colegio Saint George’s School de Loma Verde (Escobar), otros del colegio Carlos Maschwitz y muchas del club de rugby donde jugaba, Deportiva Francesa, que hoy le hará un homenaje.

Los jovenes llegaron con una enorme pancarta que decía: » Prohibido olvidar . Por siempre Mati». También tenían una bandera argentina con el nombre del adolescente. Estaban emocionados, acongojados y muy enojados. Muchos llevaban fotos de la víctima colgadas en el pecho. Lo primero que hicieron fue dar dos vueltas a la plaza sin parar de cantar . «Hagan justicia, la puta que los parió», entonaban. «Falta un amigo, la puta que los parió», repetían.

Los manifestantes (que para entonces pasaban el millar) se pararon luego frente a la comisaría de Maschwitz, que está frente a la plaza. Pidieron un minuto de silencio y después hubo insultos para la Bonaerense, la presidenta Cristina Kirchner, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández y el gobernador Daniel Scioli. «Vení Cristina y ponete a laburar», repetían. Luego se escuchó un furioso y unánime: «Hijos de puta, hijos de puta».

«Peter Pan (apodo del chico), no te vamos a olvidar», «Prohibido olvidar, Matías por siempre», y «Ayer Axel (Blumberg), hoy Matías, mañana quién?», fueron otras de las pancartas que exhibieron.

«Nosotros no conocíamos al chico, pero vinimos para apoyar a su familia y a pedirle al Gobierno que tome a la inseguridad como política de estado. La inseguridad es terrible.

Acá pasan cosas graves todos los días . Encima el Gobierno nos carga diciendo que lo nuestro es una sensación», dijo a Clarín María Emilia, que es preceptora de un colegio de la zona y asistió a la manifestación como muchos otros vecinos.

Cerca de las 19, todos empezaron a retirarse de la plaza. Liliana, una maestra del colegio al que iba Matías, le dijo a Clarín que el lunes a las 19 se van a volver a juntar en la iglesia de Pilar. Y pidió que asistan todos sus amigos.

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