Una zona impactada – El relato sobre la reiterada aparición de la Vírgen María Rosa Mística en un descampado, de parte de una mujer de la localidad, generó en los últimos días la afluencia permanente de vecinos locales y visitantes de varias provincias del país que se acercan al oratorio erigido en el lugar señalado.
Por Luis E. Blanco – La Capital El pequeño pueblo de casi cuatro mil habitantes del departamento San Jerónimo está convulsionado. No es para menos, el relato sobre la reiterada aparición de la Vírgen María Rosa Mística en un descampado, de parte de una mujer de la localidad, generó en los últimos días la afluencia permanente de vecinos locales y visitantes de varias provincias del país que se acercan al oratorio erigido en el lugar señalado.
Según los relatos, que hoy son tema de atención en toda la región, en una serie de apariciones la Virgen marcó el lugar donde encontrar agua buena y donde levantar una capilla y una fuente para los enfermos. Un grupo de voluntarios hizo una perforación, instaló una bomba y una pequeña ermita donde los fieles se reúnen a rezar.
Allí llevan sus plegarias y pedidos a quien ya le atribuyen milagros como la sanación de un enfermo de leucemia, otro a quien le diagnosticaron cáncer maligno y posteriormente mutó a uno benigno y la aparición de las tres rosas que identifican a María Rosa Mística dentro de una botella con agua, entre otros fenómenos.
Según los devotos, «la Virgen pide oración y expresa el deseo de unidad de los hombres, pena por sus pecados y que su tarea se fundamenta en reunir el rebaño para su Hijo».
El presidente comunal Miguel Suárez, se mostró cauteloso a la hora de considerar la situación y manifestó que no es él quien debe explayarse sobre el tema. «Estamos en permanente movilización para satisfacer las necesidades de quienes nos visitan y colaborar en lo que sea necesario. Como jefe comunal debo estar atento a un fenómeno que se está dando y que cada vez convoca a más feligreses. Como creyente sostengo que hay que cumplir los pedidos de María».
Actualmente se está analizando en un laboratorio específico el agua extraída del pozo. Los resultados se conocerán el próximo sábado.
María José es ama de casa y catequista, vive junto a su esposo -empleado de una empresa láctea- y sus tres hijos. Atendió a La Capital con mucha amabilidad pero pidió no contar sus experiencias hasta tanto se reúna con las autoridades eclesiásticas que evalúan el caso. «Sepan disculpar pero prefiero mantener reserva por ahora. Cuando sea oportuno contaré toda la historia y daré a conocer con detalles los mensajes de María», dijo.
Los centenenses cuentan además que cuando ocurren las apariciones
o cuando están en el santuario rezando el Rosario se puede percibir un aroma a rosas intenso y fugaz. Desde el día 4 de cada mes los vecinos se congregan a rezar novenas. «Al principio éramos unos 50» dijo uno de los fieles y aseguró que el 13 de agosto unas 500 personas llegaron a rezar desde distintos puntos del país.
«Incluso algunos dan testimonios sobre la ocurrencia de milagros y sanaciones» contó otro fiel en coincidencia con los relatos que se publican a través de la página de la red social Facebook llamada «Yo también creo en la Virgen que apareció en Centeno». Allí muchos cibernautas reflejan sus propias experiencias de concesiones que lograron a través de pedidos a María Rosa Mística, entre otras apreciaciones.
La historia. Según relatan los vecinos, todo comenzó cuando María José, una vecina que actualmente tiene 32 años, cursaba la escuela primaria. Después de varias situaciones familiares difíciles se encomendó a la Vírgen y a Jesús y a partir de allí comenzó a rezarles y a mantener diálogos diariamente.
Cuando María José tenía 21 años se mudó a su actual vivienda ubicada en Malvinas Argentinas al 800 de esta localidad, con su marido y sus dos hijas. Allí se produjo otra aparición que, según cuentan sus vecinos, fue algo traumática. «Se le presentó con los brazos abiertos y ella se asustó mucho. Llamó a su marido y la Virgen desapareció», contaron.
En los días sucesivos confió su experiencia a una vecina y juntas comenzaron a buscar en las estampas que conservan los fieles para comparar. «No pudieron constatar de qué Virgen se trataba. Esa vecina le explicó que fue una lástima que se asustara porque seguramente, si María se le presentó necesitaba expresarle algo».
A partir de allí María José agregó a sus oraciones diarias el pedido de que se presente nuevamente si es que necesitaba de su intermediación, pero no tuvo novedades.
El 6 de abril de este año tuvo una nueva aparición que ella recibió con serenidad. Según ella confió a sus allegados la Virgen le pidió que se dirija a la Iglesia y buscara su imagen. En ese punto de las cosas María José decidió relatar su historia y lo sucedido al párroco de la localidad, Benjamín Zanotelli. El sacerdote le recomendó tranquilidad, rezar y esperar nuevos acontecimientos. A partir de allí las apariciones se hicieron más frecuentes. La Virgen le solicitó que anotara sus pedidos y se los alcance el cura del pueblo.
El primer pedido fue que observara una cara que le mostró y que luego la buscara entre las mujeres que frecuentaban asiduamente la iglesia. Con el propósito de identificar a la persona que fijó en su memoria, María José fue a la parroquia y junto al sacerdote buscaron fotografías de acontecimientos religiosos a los que concurre mucha gente como bautismos, comuniones, confirmaciones y casamientos.
En una fotografía reconoció a la mujer y el sacerdote le dio la identidad: Inés Boero. María José no la conocía. En otra aparición María le pidió que la busque y le contara que su hijo estaba bien. Cuando María José fue con la novedad al sacerdote, éste le dijo que esa persona había fallecido.
María José ubicó a Boero y le contó el mensaje que tenía para darle. La mujer le pidió que describiera a su hijo y María José lo hizo con lujo de detalles. Días mas tarde y durante una nueva aparición mariana, María vio al joven fallecido de la mano de una mujer. «Ambos jugaban, corrían y se divertían en una casa grande», dicen que contó y aportó la descripción de una casa similar a la que la familia de Boero posee en Jujuy.
Al día siguiente la madre de Inés, que vive en la provincia norteña en una casa contigua, llamó para decirle que escuchaban ruidos extraños y seguramente estaban robando su vivienda. La hermana de Inés le dijo que ese día «había olvidado prenderle una vela a los chicos». Al ingresar en la vivienda de Jujuy, lo único que encontraron fueron las fotos caídas de la pareja, el hijo de Inés y su novia, que fallecieron en un accidente de tránsito en San Genaro. Hoy Inés acompaña a María José en sus tareas para concretar los pedidos de la Vírgen.
En otra aparición María Rosa Mística señaló un lugar donde buscar agua y donde quería que se erigiera una capilla. «Esa aparición se produjo dentro de la casa de María José -relató un vecino-, la Virgen la tomó de la mano y la llevó hacia afuera. Con la otra mano le señaló el lugar, ubicado en un campito que está frente a su vivienda».
Según narran, el día que empezaron con la perforación para extraer agua de napa, la Virgen se comunicó nuevamente con María José y a las 22 se presentó en el campito. «Allí la vimos varios vecinos y la hija de María José, incluso muchos sacaron fotos. La virgen irradiaba luz hacia el pozo, lo que fue interpretado por los vecinos como un acto de bendición del agua.
También cuentan la experiencia de un vecino de unos 50 años que no creía en los relatos sobre la aparición de la Virgen, que corrieron como reguero de pólvora en el pequeño poblado. «Incluso se reía de los creyentes», enfatizaron y narraron cómo una noche, ese vecino observó al pasar por el campito una luz que en principio creyó que era de gente rezando y después observó la imagen de la Vírgen.
Por Luis E. Blanco – La Capital