Llegó a Buenos Aires tras casi siete horas de vuelo. El operativo comenzó muy temprano en Caracas y terminó con éxito cuando el músico ingresó en la terapia intensiva del instituto porteño donde ahora ser&a

Cerati ya está en el país y aseguran que sigue estable – El parte médico no mostró cambios. «Te veré volver, Gustavo», dice la enorme bandera que cuelga en el viaducto de la calle Sarmiento, frente a la salida de la Terminal Sur del Aeroparque Jorge Newbery. La vuelta, finalmente, se produjo ayer: la aeroambulancia que trasladó a Gustavo Cerati tocó suelo argentino a las 18.35, después de un vuelo «sin complicaciones», según consignaron los encargados del operativo.

La segunda parte del traslado duró unos 40 minutos. Fueron unos 30 minutos de espera en el Aeroparque, y desde allí partió la comitiva, compuesta por 4 motos de la Policía Federal, dos ambulancias, dos vehículos de la empresa Assist Card, en donde iban los familiares del músico, y un patrullero.

Desde allí tomaron Sarmiento y después Libertador, en donde la ambulancia recorrió varias cuadras por el carril de la mano contraria. Hasta la esquina de Olazábal, donde se encuentra el instituto FLENI. En plena hora pico, se tardó apenas siete minutos en realizar todo el trayecto.

Una hora después del ingreso al FLENI, se dio un breve parte médico, en donde se indicó que el traslado había sido exitoso y que se iba a evaluar la condición general del músico (ver «Hoy habrá…»).

Todo había empezado cerca de las 9, hora de Venezuela, cuando retiraron a Gustavo Cerati de la unidad de Terapia Intensiva de la Clínica La Trinidad, de Caracas, donde permanecía internado desde el 16 de mayo. Antonio Martinelli, jefe de Cuidados Intensivos, acompañó al músico en la ambulancia que los dejó en la pista central del Aeroparque Internacional Simón Bolívar, de Maiquetía. Dentro del avión, esperaba el equipo de profesionales: tres enfermeros especialistas en pacientes de riesgo que habían ocupado el avión en Filadelfia.

Primero subieron a Cerati, que estaba envuelto en una manta verde en la camilla. Luego lo hicieron su mamá, Lilian Clarck y su hermana menor, Laura. Para despistar a la prensa, la aeronave estuvo guardada en el hangar privado de la Aduana Aérea, desde que arribó desde Filadelfia, a las 7. A las 10.07 la aeroambulancia modelo Challenger, matrícula N601CV, despegó rumbo al aeroparque Jorge Newbery.

Cerati había sido internado el 16 de mayo, luego de la presentación de de su último disco, Fuerza Natural, en Caracas. El músico quedó hospitalizado y a las pocas horas se confirmó que había sufrido un pico de presión que derivó en una isquemia cerebral.

El operativo retorno estuvo comandado por la familia del ex Soda, que en todo momento evitó dar detalles «para no obstaculizar la logística del traslado», según informaron en la página web oficial de Cerati. Sin embargo, desde que se supo la noticia de que el músico ya estaba en camino, se montó una enorme guardia periodística en la Terminal Sur del Aeroparque, sobre la calle Sarmiento, donde llegan los vuelos privados. Tanto la clínica caraqueña como las autoridades del FLENI remarcaron el pedido de su entorno íntimo de no dar información a la prensa.

Celosos de la intimidad del músico, el FLENI también dispuso su operativo de seguridad. Desde las 17 de ayer, ocho policías de la Federal se apostaron en la entrada a la espera de la ambulancia, que llegó cerca de las 19.15.

No hubo una demostración masiva de sus fans, pero sí otra enorme bandera lo recibió en la puerta de la calle Olázabal: «Gustavo, quiero verte bien».