Creen inevitable que la mancha de petróleo llegue mañana a Florida – Ayer, la mancha estaba a 11 kms. de la costa. La mancha creada por la constante fuga de petróleo desde hace más de un mes en el Golfo de México está a punto de alcanzar las costas del Estado de La Florida , al sudeste de Estados Unidos, tras haber contaminado las de Luisiana, en lo que el gobierno de Barcack Obama ya considera «la peor catástrofe ecológica» del país . Algunos sectores con manchas de petróleo se divisaron en las últimas horas en el mar a una decena de kilómetros de la playa de Pensacola, importante centro turístico de la península, y los meteorólogos ya dijeron que es virtualmente seguro que la mancha llegue mañana a las costas.
El petróleo estaba ayer a sólo 11 kilómetros de las costas del turístico estado, según la Agencia Estadounidense Oceánica y Atmosférica (NOAA).
La mancha ya tiene una dimensión total de 24.400 km2, similar al estado de Maryland (noreste de EE.UU.) o más del doble que la isla de Jamaica.
Además de esa preocupación, hay otra tanto o más inquietante: arranca la temporada de huracanes en la zona y hay mucho temor a que el flujo constante del petróleo que corre sin control desde el 20 de abril se disperse y se expanda peligrosamente con las tormentas y cambios de marea. Aquel día hubo una explosión en una plataforma submarina de la empresa británica BP, ex British Petroleum, que se hundió dos días después 1.500 metros bajo el mar.
En tanto, un nuevo intento de detener el derrame se topó ayer con dificultades cuando una sierra de diamante se atascó en el caño de un pozo en el fondo del Golfo. Pero finalmente el problema fue resuelto.
La sierra circular que se había atascado y que interviene en las tareas para la contención del derrame de crudo fue liberada al caer el día, lo que permitió la reanudación de la operación.
Se trata de la sierra accionada por robots submarinos para tapar el dispositivo de seguridad –aquél que debió activarse con la explosión, el 20 de abril– que se había trabado en uno de los tubos.
Ese percance había obligado a la interrupción de la tarea de «Cup and Cut», dijeron fuentes a la emisora de televisión por cable CNN .
El primer corte, en el otro extremo del tubo flexible, se había desarrollado sin problemas.
La reanudación de la operación hará posible, si no median nuevos obstáculos, que se inserte una tapa en el Blowout Preventer (súper válvula). Así, el crudo que sale del pozo será enviado a un nave sobre la superficie del agua, hasta un tubo de más de 1,5 kilómetros de largo, dijeron fuentes locales.
En cuanto al avance de la mancha sobre las aguas, «debería alcanzar las costas del Estado en las próximas 72 horas» (por mañana viernes) , dijo ayer un funcionario de la Agencia de Protección del Medioambiente de Florida. Los vientos y las malas condiciones climáticas dificultan las tareas de limpieza en el agua, indicó.
«Es inevitable que veamos petróleo en nuestras playas», se resignó en la víspera Keith Wilkins, encargado de servicios comunitarios en el condado de Escambia, tras conocer los pronósticos para los próximos días.
El gobernador de Florida, Charlie Crist, declaró en emergencia a la costa estatal sobre el Golfo de México y a condados del sur del Estado, incluido Miami , donde se teme que la corriente marina pueda impulsar parte de la marea negra. También México ha aumentado la vigilancia costera.
BP (que perdió en algo más de un mes US$ 75.000 millones en valor de mercado) es responsable del accidente y de las tareas por contener o detener la peor marea negra de la historia estadounidense. Por su accidente se volcaron al mar, estima el gobierno, entre 75 y 162 millones de litros de petróleo.
BP dijo que erogó hasta ahora 990 millones de dólares en los esfuerzos por combatir y limpiar el derrame. Sus responsabilidades y posibles multas crecen cada día , y no sería sino hasta agosto cuando la empresa controle la situación al abrir dos pozos alternos.
El desastre en el Golfo ya eclipsó el derrame del Exxon Valdez, de 1989, que tras 20 años de demandas costó a la estadounidense Exxon Mobil US$ 4.500 millones de dólares, de acuerdo con Blake Fernández, analista de Howard Weil, firma inversora en energéticos, con sede en Nueva Orleans.