El estudiante que lo denunció ratificó ayer que fue encañonado en la cabeza.

Tras la grave acusación el profesor asegura que no le apuntó al alumno con el arma – El profesor de matemática que fue acusado por un alumno de amenazarlo con un arma en la cabeza, en el aula de un escuela técnica de Rosario, dijo que no se arrepiente de nada. Además, desmintió la versión del estudiante y sólo admitió un error: haber «olvidado» el arma en el bolsillo de su campera y llevarla al colegio.

Gabriel Massetto, de 58 años, aseguró que llevó a limpiar la pistola y que, como «es chiquita y no pesa nada», no advirtió que la tenía entre sus ropas. Pero juró que nunca la exhibió en clase. Sin embargo, Juan Fernández, el denunciante, ratificó ayer sus dichos y ofreció más detalles sobre lo ocurrido.

El episodio ocurrió el lunes a la noche, antes de iniciarse una clase de matemática que se dicta dentro del curso de tornería, en la escuela Luis Laporte. Fue uno más de los hechos de violencia escolar que ocurrieron en los últimos días en Rosario, Capital y Catamarca.

Fernández, de 20 años, denunció a Massetto porque, según él, le apuntó a la cabeza con un arma. Explicó que el docente estaba furioso porque al ingresar en el aula lo encontró escuchando música con su celular. Al profesor le secuestraron una pistola Bersa.

Le iniciaron causas por amenazas y portación indebida del arma . Y también fue separado preventivamente de su cargo.

Massetto habló ayer con este diario. «Jamás agrediría a nadie con una pistola. No soy militar; soy maestro. Hago patria educando a la gente», aseguró y agregó que lleva 32 años en la docencia sin tener problemas.

«No hay amenaza. No sé por qué dijo eso. En ningún momento le apunto con el arma. Además, estaba descargada. El cargador lo tenía aparte», insistió.

Clarín contactó a Fernández, quien recordó que Massetto llevaba una campera negra, gorro y bufanda celeste. Que sacó el arma del bolsillo derecho y le apunto a la cabeza, de frente, a unos 40 centímetros . «Si la hubiese tenido siempre en el bolsillo, no voy a hacer este quilombo», justificó. También insistió en que estaba cargada. «La Policía, delante de mí, le sacó el cargador y las balas», recordó.

El testimonio del joven fue ratificado por otros tres alumnos que lo acompañaban en el momento del incidente y que ya declararon ante la policía. «No sé porqué se confabularon. No puedo arrimarme a la escuela y hablar con ellos», se lamentó el profesor.

El hombre dijo haber comprado la pistola para practicar tiro cuando se jubilara. Asegura que jamás la utilizó. E insistió en que nunca la llevó a la escuela hasta que el lunes pasado le quedó «enganchada» en la campera: «No es arrepentimiento. Habérmela olvidado es un error mío».

«No es la primera vez que la lleva. A mis compañeros les había dicho que la tenía para defenderse de los que lo vinieran a chorear», dijo el estudiante. Los testimonios que se sumaron a la causa para avalar los dichos de Fernández.