Oscar Simonella, un personaje pintoresco de la ciudad.

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El Banco de Pelusa – Oscar Simonella cumple 36 años trabajando en los bancos de la ciudad. Su vida, sus gustos y su posible jubilación porque «asegura estar cansado». Oscar «Pelusa» Simonella es de esas personas intachables que tiene esta ciudad. Intachable en su vida, intachable en su conducta y también intachable en su aspecto.
Prolijo al extremo, de buenos modales y una sonrisa siempre en el rostro, Oscar tiene un modo casi de señor inglés de llevar adelante la cortesía y construirla día a día.

Sentados en una sala de su casa, con su caniche Toy – tan prolijo como él- que no se pierde nada de la conversación, Oscar dice: «Tengo una vida muy linda pero me gustaría disfrutar más de los tiempos libres. Hace 36 años que trabajo en los bancos de la ciudad y eso agota».

«Pelusa» nació en El Trébol y estudió en esta ciudad en la primaria y secundaria. Cuando se iba a ir a Rosario para seguir con la Facultad en el año 1973, su padre enfermó y comenzó a trabajar en la vieja Caja de Crédito en pleno centro de la ciudad. «Eramos de la primera camada junto a Omar Taborda, Walter Forte, Marionsini, Rebaque y Chiappero. Yo estuve en la transformación a Banco Horizonte y el 21 de enero del 81´ me fui al Banco Provincia en el que sigo al día de hoy».

Oscar parece no inmutarse por nada ni nadie. Es de carácter suave y de trato afable. «Trabajé en todos los sectores del banco pero se ve que soy bueno en las cajas porque siempre volvía a ese lugar. Es un trabajo duro, independiente y a veces te aísla demasiado del resto de los compañeros».

Simonella, desde su vida en el banco pasó por todos los momentos del país. Y justamente uno de los termómetros de las reiteradas debacles económicas de Argentina, eran estos lugares. «Pasé muchas transformaciones en los bancos. Viví la ley 18.188 con la que eran las 11 de la noche y seguíamos renovando papeles; estuve en la época de Alfonsín con los problemas que hubo y cambiábamos el sistema a cada rato, trabajábamos con pesos, dólares, euros y lecop al mismo tiempo y hasta me enfermé de los nervios en el 2001 cuando la gente – con razón – nos escrachaba con huevos en la puerta de los bancos». «Pelusa» se pone serio y rememora: «Quince días antes del corralito yo le había hecho depositar u$s 60.000 a una persona muy allegada a mis afectos y después cuando pasó todo el problema me quise morir».

Oscar sorprende al decir que está muy cansado de los bancos y que el trabajo lo estresa mucho. Uno al verlo caminar cada día rumbo al Banco Provincia cada día o a la vuelta, casi no imagina este banco sin «Pelusa». Sin embargo, en su vida, este trabajo o ha saturado. «Espero poder jubilarme pronto. Tengo 54 años pero también tengo 36 de servicio y si tomo una ley en dos años puedo tomar el 72% móvil y seguir aportando para luego llegar al 82. Tengo muchas ganas de irme, estoy cansado y quiero disfrutar de otras cosas».

Pero en el Banco también pasaron cosas bellas y para la anécdota. «La persona que más quiero es Daniel Garro y trabajó conmigo. Otro era «Páchula», que con sus ocurrencias nos hacía reir mucho. Una vez llegamos a hacer una picada en autos al cerrar el banco a las 12 y media entre el «Colorado» Avaro de Piamonte que trabajaba en la caja conmigo y que tenía un Dura Rural y «Páchula» con su Fiat 1100 de eso que se abre la puerta por delante. Largaron en el Banco y corrieron hasta la iglesia evangélica. Por supuesto que ganó el Duna pero era tal el humo que dejaron que «Páchula» siguió de largo con el auto y fue a dar contra las vías. La gente nos quería matar!»

Los gerentes

Al recordar los gerentes que pasaron en su vida, «Pelu» se divide en los buenos y malos. «El peor que tuve fue uno que me llegó a mandar con una pistola a la garita donde está la policía en el Banco porque había huelga de policía. El Banco tenía un revolver 38 largo pesadísimo y la gente se me reía. Al segundo día que me quiso mandar me quejé en la Bancaria y el tipo desistió de la idea. El mejor fue Biolatto de Cañada Rosquín o el Flaco Cappa de Piamonte, excelentes. El de ahora se llama Carlos Bonino y es muy inteligente.

Simonella pasó mucho tiempo y durante cada mañana en el banco y así quedaron los amigos de ayer y de hoy: «En el Banco me hice grandes amigos y compañeros como Daniel Garro, Mario Baudino, Raúl Abbá, Jorge Burdisso, Jorge Dalmasso, Daniel Boasso, Rafael Díaz, Gustavo De Giorgis o Abel Bordigoni por decir algunos. Hay mucha buena gente de antes y de ahora.

«Pelusa» y la música

Su vida fuera del banco es casi centrada en la música. Si bien jugó al fútbol y llegó a ser campeón con Trebolense en los años 77 y 79, él lo toma como un hecho casi anecdótico y se zambulle en el mundo de la música: «Todo lo que sea rock me conmueve», dice.

Oscar es un fanático de la muy buena música internacional. Fue disc jockey en las épocas del «Sótano» en aquellas épocas de la ciudad y se declara un enamorado del rock inglés y americano. Dice que no hay persona más importante en el rock folk que Bob Dylan. «Sus líricas y su música son únicas. Otro es Neil Young y obviamente Los Beatles».

Seguramente, los grandes clásicos del rock internacional girarán en su equipo mucho más cuando el banco le deje lugar al descanso y al placer. Se lo tendrá merecido Oscar, y también su familia. Llegará el momento de la paz y la tranquilidad, la misma que día a día muestra en su rostro «pinkfloydiano»

Pelusa y su top 10

Un lugar en el mundo: Inglaterra
Un cantante: Bob Dylan
Un auto: El Fiat Línea
Una marca: Pioneer
Una voz: Dos, Tom Jones y Boy George
Un solista: Mark Knoppler
Un vicio: La Música
Un placer: La Música
Una banda: Los Beatles
Tu familia: Cuatro mujeres, el rock y yo.

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