En la noche del lunes – Amenazaron a un empresario con asesinar a la nieta a cambio de una importante cantidad de dinero. Efectivos de la Unidad Regional XVIII desbarataron el golpe. Un insólito caso de extorsión ocurrió en la ciudad de El Trébol en la noche del lunes. Si bien todo comenzó unos 10 días antes, cuando Don Sixto Calcaterra – un veterano empresario de chacinados reconocidos a nivel regional- comenzó a recibir llamadas desde un teléfono celular pidiéndole dinero, el caso recién se desató en las últimas horas del lunes.
Esa noche, Sixto, recibió una nueva llamada en la que le manifestaron que si no pagaba una suma de $ 30.000, «iban a matar a su nieta Andrea y el marido Gustavo». Para ese entonces, se desató una historia de película en El Trébol.
Don Sixto, que durante unos cuantos días, había guardado para sí la desesperante situación con la intención de no alarmar a su familia, no se pudo contener cuando en las amenazas se incluyó el nombre de su nieta. La situación se había transformado en dramática y Sixto se lo comunicó a su hijo Gerardo. Este no dudó y realizó la denuncia en el Juzgado de la ciudad de San Jorge.
Inmediatamente, por orden del Juez Dr. Eladio García, se puso en marcha un operativo por parte de las Fuerzas de Investigaciones de la Unidad Regional XVIII con asiento en Sastre a cargo del Comisario Sergio Gorosito, quienes intervinieron teléfonos y montaron un trabajo de inteligencia en la casa del propietario de la fábrica de Chacinados «Calcaterra».
En la noche del lunes, un nuevo llamado llegó a oídos de Don Sixto. Eran los extorsionadores. Le pedían la suma de $ 30.000 y una entrega en la ciudad de San Francisco de inmediato. Sisto alegó problemas de salud por su edad y le pidió realizar la entrega en un lugar más cercano, por lo que los extorsionadores sugirieron el cementerio local.
A las 20:30 hs., Gerardo, hijo del empresario, partió en el Chevrolet Corsa de Don Sixto hacia el cementerio. Dos efectivos de la Unidad Regional iban ocultos con él en el móvil. Al llegar al cementerio, dejó un sobre cerca de la puerta principal, a metros de la entrada a la parte nueva del cementerio y emprendió el viaje de regreso. Los efectivos «se descolgaron» entre las sombras y quedaron al aguardo de los malhechores.
Un rato después pasó un sujeto que recogió el sobre y fue seguido por uno de los efectivos de la Unidad Regional XVIII. El hombre fue directamente hasta la canchita de fútbol «Caluchito Herrera», que se encuentra a metros del cementerio y donde había mucha gente jugando un partido nocturno barrial.
Tenía papel y algún billete
El sobre que depositó la familia Calcaterra, en realidad no tenía los $ 30.000 sino algunos billetes y muchos papeles de diario.
La historia de la camioneta baleada
Minutos después, desde el cementerio se escucharon varios disparos. Una camioneta Chevrolet S 10 color gris, que merodeaba el lugar, fue sorprendida por dos hombres armados vestidos de civil, que al grito de «Alto», asustaron a los tripulantes que se alzaron a la fuga. Al día siguiente, se sabría, que los que viajaban en esta unidad eran casuales merodeadores del lugar que habían ido a ver la tormenta y al ser sorprendidos por sujetos armados, se asustaron y se fugaron.
En la canchita
Mientras tanto, en la canchita barrial, quien recogiera el supuesto dinero, tomó un celular y llamó a otra persona. «No vengas que hay policías, se escuchan disparos», le dijo a quien estaba del otro lado de la línea. Al efectivo de la policía no le quedaron más dudas y detuvo al sujeto.
Un rato después, alojado en la Comisaría IV, el detenido, de 23 años, declaró ser el autor de los hechos junto a otra persona que describió e identificó. Además, junto a él, se halló un chip de telefonía celular con característica 011 y el mismo número que había efectuado las llamadas a la familia Calcaterra.
El cómplice aún se encuentra prófugo y es intensamente buscado por Fuerzas de la Unidad Regional XVIII con asiento en Sastre.