A saber – Las primeras observaciones se realizaron hace unos seis o siete meses. Se trata de comprobar que el problema no continúe. Desde mediados del año 2008, un grupo de colaboradores de la Parroquia San Lorenzo Mártir de la ciudad de El Trébol comenzó a percibir un ligero hundimiento de las dos columnas traseras centrales derechas de la iglesia. Esto conllevó a hacer un seguimiento de cerca sobre el avance de este fenómeno que en primera instancia preocupó a los allegados al grupo de trabajo. «Ya hace seis o siete meses que notamos que las columnas habían cedido. Lo que controlamos ahora es que no siga yéndose para abajo más de lo que están». Le manifestó Roberto Chiappero a El Informativo.
Enseguida las máximas autoridades de la iglesia se pusieron en campaña para averiguar sobre la real gravedad de lo que sucedía y para reducir al mínimo cualquier posibilidad de empeoramiento de la situación: «El Padre Santiago estuvo hablando con Don José Celotti que estuvo en la construcción de la iglesia misma en la década del 30´y nos dijo claramente que no hay que alarmarse. Lo que se hundieron las columnas no es más de un centímetro y nos aclaró que mientras no pase de eso no hay de qué preocuparse y no habría problemas».
Sobre los pasos a seguir de parte de la gente de la Comisión de Mantenimiento del templo, «Toto» Chiappero señaló: «Por el momento no tomaremos medidas. Se deja así salvo que haya algún problema mayor. La iglesia tiene muchos deterioros por el paso del tiempo. En estas horas estamos arreglando unos tapiales que dan a la calle Rosario que están muy deteriorados porque fueron construidos con polvo de ladrillo y hoy están totalmente apolillados y a punto de derrumbarse. Constantemente hacemos trabajos edilicios de esta naturaleza. Es un edificio viejo, hay muchas cosas para arreglar».
Otros problemas edilicios
La iglesia de la ciudad ha sido una fuente de noticias en cuanto a su infraestructura en los últimos tiempos. Si nos remitimos únicamente al último año, el pasado 2008, la comisión debió trabajar y desembolsillar mucho dinero en arreglos importantes y urgentes: «La verdad ves que en los últimos años la Parroquia nos dio más de un dolor de cabeza pero también hay que considerar que este edificio tiene más de 60 años. Al igual que la casa parroquial que está lindante a la iglesia, las construcciones fueron hechas en los años 30´ con materiales que quizás nada tenían que ver con los de ahora y eso se termina notando. Si bien la parroquia está muy bien hecha, los años pasan y el clima, los años y cada pequeña cosa suma. Indudablemente hay deterioros que se van produciendo». Señala «Toto» sin resignarse y sabiendo que no hay otra forma de tomar las medidas que se aplican constantemente para mantener semejante monumento histórico local. «Ahora tenemos el problema que hay dos columnas que parece que se están hundiendo. Son las que están en la parte trasera de la parroquia al ingresar y a mano derecha. Es como que el terreno fue cediendo o mejor dicho el contrapiso. Parece como que se hunde la iglesia pero no es más que eso. Ya consultamos con especialistas y profesionales y nos dijeron que no es para preocuparse demasiado. Hay que seguir de cerca el tema justamente porque si un par de columnas bajan su nivel puede provocar alguna rajadura, pero no más que eso. La iglesia fue construida de una manera que está tota totalmente encadenada y no hay peligro alguno que pase algo más». Aclara y se ríe de la palabra «Hundimiento». «No es que se hunde el edificio. Nos alienta esto a pensar que es sólo que cedió el contrapiso porque en aquellas épocas se habían hecho cimientos muy profundos cuando se construyó la iglesia que fue inaugurada en el año 1941. La construcción, como puede verse, es de mucha calidad».
A la hora de desembolsillar
Con las otras obras que se tuvieron que realizar durante el año pasado y que fueron urgentes de llevar adelante, la Comisión debió aportar un buen monto de dinero. «Con la cruz tuvimos que hacer unos arreglos que nos demandaron unos 18 mil pesos aproximadamente. Se estaba cayendo y gracias a Dios se hizo un gran trabajo, se la reparó y ahora no corre más riesgos. Meses después se nos vino lo del deterioro avanzado de una de las campanas principales que parecía que se venía abajo y era por el desgaste mismo de unos sujetadores de madera. Eso nos demandó otros 3 mil pesos que invertimos y todo quedó bárbaro».
En un año, la Iglesia debió ser reparada en diferentes lugares de manera urgente y con eficacia. Lo que no quita, que cumplidos ya 68 años desde su inauguración, haya que empezar a controlar la estructura edilicia de una manera más intensa, pensando en preservar el edificio histórico que embellece la ciudad de una manera casi obsesiva. Al fin de cuentas, es mucho edificio para lograr mantenerlo entre un grupo de fieles colaboradores que tan bien lo hacen pero que seguramente les resulta tremendamente costoso. Será la hora de que algún gobierno comience a tomar cartas en el asunto aportando y dando una mano antes de que el deterioro le gane a la buena voluntad?